Cuando su nivel de azúcar en sangre es alto, sus riñones trabajan duro para filtrar y absorber el exceso de azúcar. Esto puede provocar deshidratación, causando una sensación de sed constante.
Mantenerse hidratado es una parte importante para mantener niveles saludables de azúcar en sangre en todo el sistema, así que asegúrese de beber suficientes líquidos todos los días.
3. Hambre extrema
Aunque el aumento del hambre puede considerarse un signo de bajo nivel de azúcar en sangre, también puede indicar niveles altos y dificultad para que la glucosa llegue a las células. Cuando tu cuerpo no puede utilizar eficientemente la glucosa en tu sangre, le envía una señal a tu cerebro de que necesitas más comida, lo que provoca que sientas más hambre de lo habitual.
4. Fatiga y debilidad
Los riñones trabajan más cuando hay exceso de glucosa en el cuerpo, lo que produce fatiga y agotamiento. También puede provocar somnolencia y sueño.
Además, puede experimentar fatiga debido a fluctuaciones hormonales relacionadas con el alto nivel de azúcar en sangre. La adrenalina que produce el cuerpo cuando necesita energía a menudo falta debido al exceso de glucosa, lo que contribuye a sensaciones de letargo o agotamiento.
Continúa en la página siguiente:
