5 bebidas comunes que son perjudiciales para el hígado

Estos 5 alimentos y bebidas pueden ser tan dañinos para el hígado como el alcohol. A menudo se piensa que sólo el exceso de alcohol daña el hígado. Sin embargo, lo que ponemos en nuestro plato o en nuestro vaso cada día puede tener consecuencias insospechadas. Y no son las bebidas más sospechosas las más peligrosas… Te sorprenderás.

Un flagelo silencioso: la enfermedad del hígado graso no alcohólico

El hígado, este órgano discreto pero esencial, realiza más de  500 funciones  en nuestro cuerpo: desintoxicación, digestión, regulación del colesterol, transformación de nutrientes, etc. Pero hoy en día, una enfermedad que lleva mucho tiempo en el olvido preocupa a los especialistas: la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), también llamada  “hígado graso no alcohólico ” .

Esta patología afecta aproximadamente a 1 de cada 4 adultos en todo el mundo y progresa junto con la obesidad y la diabetes. Se caracteriza por una acumulación de grasa en el hígado, que finalmente conduce a una inflamación y luego a un daño hepático grave como la cirrosis.

Y lo peor es que esta enfermedad puede aparecer  sin que se consuma una sola gota de alcohol .

Aquí hay 5 alimentos y bebidas cotidianos que pueden ser tan tóxicos para el hígado como una copa de vino… o incluso varias.

Estos 5 alimentos y bebidas pueden ser tan malos para el hígado como el alcohol

  1. Zumos de frutas industriales: más dulces que un pastel

¿Te parece saludable un vaso de zumo de naranja en el desayuno? No necesariamente. Detrás de su  imagen de “ricos en vitaminas” , los zumos de fruta comerciales esconden a menudo  cantidades muy elevadas  de azúcar, sobre todo en forma de fructosa, que se metaboliza directamente en el hígado. En exceso, este azúcar se convierte en grasa y sobrecarga el órgano.

Elija frutas enteras , que son ricas en fibra, y limite los jugos a 1 o 2 vasos por semana.

  1. Tés helados e infusiones dulces

Los tés embotellados o  las infusiones caseras demasiado dulces  son a veces tan perjudiciales como los refrescos. El azúcar añadido, a menudo en forma de  jarabe de maíz con alto contenido de fructosa , actúa de la misma manera que un postre ultraprocesado: obstruye el hígado y promueve la inflamación.

Prepara tus propias infusiones , con hojas de menta o limón,  sin azúcar o con un toque de miel francesa .

  1. Bebidas energéticas: bombas para el hígado

 

 

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