El orégano es conocido como una hierba culinaria que aporta sabor a los platos mediterráneos e italianos. Sin embargo, sus beneficios van mucho más allá de la cocina. Durante siglos, se ha aplicado en la medicina tradicional por sus efectos positivos en el sistema digestivo. La investigación moderna está empezando a confirmar lo que los antiguos curanderos ya sabían: el orégano puede desempeñar un papel crucial en la salud del estómago y el intestino.
1. Favorece la digestión
El orégano contiene aceites esenciales naturales que favorecen la producción de enzimas digestivas. Estas enzimas son cruciales para descomponer los alimentos y absorber los nutrientes eficientemente. Al mejorar el proceso digestivo, el orégano ayuda a aliviar problemas comunes como la hinchazón, la indigestión y la digestión lenta después de comidas copiosas.
2. Combate las bacterias dañinas en el intestino.
El carvacrol, un compuesto presente en el orégano, posee potentes propiedades antibacterianas. Puede ayudar a controlar el crecimiento excesivo de bacterias dañinas en el estómago e intestinos, como Escherichia coli y Salmonella. Al mismo tiempo, el orégano no elimina por completo las bacterias beneficiosas, lo que permite que el microbioma intestinal se mantenga equilibrado. Un microbioma saludable es crucial para un sistema digestivo fuerte y una inmunidad general.
3. Alivia la inflamación del estómago.
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