Durante meses, Lee Rawlison consultó al médico, pero nunca obtuvo una respuesta clara. Las pruebas iniciales no revelaron nada anormal. Vivió con el dolor, suponiendo que con el tiempo desaparecería. Pero entonces llegó el diagnóstico: cáncer de páncreas terminal.
El cáncer de páncreas se describe a menudo como uno de los tipos de cáncer más silenciosos y mortales. Tiende a desarrollarse sin alertar al paciente. Los médicos explican que los primeros síntomas son muy fáciles de pasar por alto. El dolor suele ser leve y las señales de alerta aparecen gradualmente, a veces demasiado tarde.
Aun así, hay algunos síntomas que nunca deben ignorarse, por leves que parezcan. El dolor persistente en el abdomen o la espalda, la pérdida de peso inexplicable y la fatiga abrumadora son señales de alerta. Otros signos, como ictericia, orina oscura o coágulos de sangre, deben motivar una consulta médica inmediata.
Como muchos otros, Lee esperó demasiado para ver a un especialista. Ese retraso significó que el diagnóstico llegó tarde, cuando el cáncer ya estaba avanzado. En esa etapa, las posibilidades de recuperación disminuyen drásticamente.
Tras enterarse de que tenía cáncer, Lee decidió aprovechar el tiempo que le quedaba para actuar. Decidió compartir su historia con el público, con la esperanza de evitar que otros ignoraran síntomas que a simple vista podrían no parecer graves.
Lee también se centró en vivir sus últimos meses al máximo. Organizó un mágico viaje navideño a Laponia con sus hijos y les regaló una experiencia única: asientos VIP para un partido del Arsenal, su equipo favorito.