¿Conoces ese extraño escalofrío que te recorre los dedos de las manos o de los pies, incluso bajo una manta acogedora en pleno otoño? Es desagradable, pero no infrecuente. ¿Deberías preocuparte? Bueno, podría ser inofensivo o podría ser una señal de algo más. ¿La buena noticia? Hay maneras fáciles de mantener el calor y señales que te da el cuerpo que vale la pena observar.
Cuando tener las manos y los pies fríos no es motivo de preocupación
No te preocupes si se te congelan los dedos de los pies al estar al aire libre con 5 °C o sentado demasiado tiempo en el sofá. Es la reacción natural de tu cuerpo: la circulación se ralentiza en las zonas menos vitales para priorizar el torso. Así que sí, puede que sientas las extremidades congeladas, pero una vez que te mueves o recuperas el calor, todo suele volver a la normalidad.
Pero a veces es más que eso…
Si sientes los dedos congelados incluso en interiores , o los pies fríos en un clima primaveral templado , podría ser señal de algo más. La capacidad del cuerpo para regular la temperatura puede verse afectada por los hábitos diarios, no solo por el termostato.
6 razones ocultas por las que tus pies podrían congelarse
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