La piel es el órgano más grande del cuerpo y, en muchos casos, actúa como una ventana hacia el estado de salud general. Cambios en su color, textura o apariencia pueden estar alertando sobre desequilibrios internos que requieren atención. Reconocer estas señales a tiempo puede ayudar a detectar enfermedades en etapas tempranas y a tomar decisiones preventivas más informadas.
A continuación, abordamos algunas manifestaciones cutáneas comunes que podrían estar asociadas a condiciones médicas subyacentes.
1. Piel amarillenta (ictericia)
La coloración amarilla de la piel y los ojos suele estar relacionada con problemas hepáticos, como hepatitis o cirrosis. Se debe a un exceso de bilirrubina en la sangre, que el hígado no logra procesar adecuadamente.
Posibles causas:
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Enfermedad hepática crónica
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Obstrucción biliar
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Reacciones adversas a medicamentos
2. Manchas oscuras en cuello o axilas
La presencia de zonas engrosadas y de tono marrón en pliegues de la piel puede indicar resistencia a la insulina, un precursor frecuente de la diabetes tipo 2.
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