En primer lugar, lavamos muy bien la acelga con abundante agua, cortando las pencas en trocitos pequeños.
También ponemos a blanquear las hojas en una olla con agua hirviendo, después de una cocción ligera se retira del fuego y escurrimos la acelga.
Seguidamente picamos y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente.
Mientras tanto, picamos la cebolla y en una sartén la rehogamos con un trocito de manteca.
Cuando la cebolla comience a tomar color, agregamos la acelga picada y salteamos un poco durante algunos minutos. Reservamos.
Por otro lado, batimos los huevos en un bowl y agregamos sal y pimienta a gusto.
Luego le sumamos la acelga salteada, la mitad del queso parmesano rallado y mezclamos todo para que se incorporen los ingredientes.
Ahora elegimos un molde de budín y lo enmantecamos, volcamos toda la preparación y cubrimos con el resto de queso parmesano.
Pre-calentamos el horno a 180º C.
Finalmente llevamos el budín al horno a fuego moderado y a baño María hasta que se dore, recordemos colocar una fuente abajo del molde con agua hasta la mitad de la budinera.
¡Listo para servir y disfrutar, solo o acompañado, caliente o frío, como más nos guste!
Trucos y Consejos
Ante todo, es fundamental conseguir acelga bien fresca y en perfecto estado. Es vital para que nos salga súper nutritiva, llena de sabor y color.
Por otra parte, la nuez moscada aunque generalmente es opcional, es importante incorporarla a nuestros platos. De eso depende un excelente aroma con matices dulces y un sabor algo picante, para quienes les guste este tipo de condimentos. Es ideal para las verduras.
Para terminar, es esencial blanquear la acelga en agua hirviendo pero no demasiado tiempo, con tan solo algunos minutos serán suficientes. Cuando lo retiramos del fuego, es conveniente pasarla por agua fría de la canilla, se escurre y podemos reservarlas al momento de cocinar.