- En un recipiente, mezcla las harinas, 35 gramos de manteca y sal hasta obtener una consistencia homogénea. Para mas informacion de la masa hojaldrada hacer clic aqui
- Agrega el huevo y la leche, continuando con el mezclado hasta lograr una masa suave y uniforme.
- Sobre una superficie enharinada, estira la masa hasta alcanzar un grosor de 5 mm.
- Realiza pliegues simples en la masa, incorporando los 100 gramos de manteca (punto pomada) durante este proceso para formar capas.
- Refrigera la masa durante 15-20 minutos si lo deseas (este paso es opcional).
- Repite al menos tres veces el proceso de estirado y pliegue para desarrollar capas adicionales.
- Corta la masa en cuadrados de aproximadamente 10 cm de lado.
- Coloca una cucharada de dulce de membrillo o de batata en el centro de cada cuadrado.
- Dobla los bordes de la masa hacia arriba, formando una especie de canasta alrededor del relleno. Presiona bien los bordes para que queden sellados.
- Calienta el aceite en una sartén profunda o en una freidora a fuego medio-alto.
- Agrega los pastelitos en el aceite caliente y fríe hasta que estén dorados y crujientes, aproximadamente de 3 a 4 minutos por lado.
- Retira los pastelitos del aceite con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
- Prepara el almíbar mezclando el azúcar y el agua en una olla y calentando hasta que el azúcar se disuelva. Deja enfriar un poco.
- Pinta los pastelitos con el almíbar tibio para darles brillo y sabor.
¡Listo! Ya tienes unos deliciosos pastelitos hojaldrados fritos, una receta clásica de la abuela para disfrutar en cualquier ocasión.
Puedes servirlos como postre o para acompañar una merienda. ¡Buen provecho!