- En un recipiente pequeño, coloca las 2 cucharadas de bicarbonato de sodio.
- Añade lentamente el agua purificada o agua de rosas, mezclando hasta obtener una pasta suave y homogénea. La consistencia debe ser lo suficientemente espesa como para adherirse a tu piel, pero no demasiado líquida.
- Si decides usar miel, incorpórala ahora y mezcla bien. La miel aporta propiedades humectantes que dejarán tu piel suave y sedosa.
- Agrega las gotas de jugo de limón si deseas un efecto aclarador adicional. Ten cuidado: el limón puede ser fotosensible, así que evita exponerte al sol después de aplicarlo.
- ¡Tu mascarilla está lista! Asegúrate de usarla inmediatamente para aprovechar al máximo sus beneficios.

🧖♀️ Cómo aplicar la mascarilla correctamente
La aplicación adecuada es clave para obtener resultados óptimos. Sigue estos consejos para asegurarte de que la mascarilla actúe de manera efectiva:
- Limpia tu rostro con un limpiador suave y agua tibia para eliminar cualquier residuo de maquillaje o impurezas. Sécalo con una toalla limpia dando pequeños toques.
- Aplica la mascarilla con las yemas de los dedos o con una brocha de maquillaje limpia, distribuyéndola uniformemente por todo el rostro. Evita el área de los ojos y los labios, ya que la piel en estas zonas es más delicada.
- Deja actuar la mascarilla durante 10-15 minutos. Sentirás una ligera sensación de cosquilleo, ¡eso significa que está funcionando!
- Enjuaga con agua tibia, realizando movimientos circulares suaves para aprovechar el efecto exfoliante del bicarbonato.
- Finaliza con una crema hidratante ligera para sellar la humedad y mantener tu piel suave.
🌙 El plan de 7 noches para una piel transformada
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