
El secreto de una buena toalla reside en su equilibrio entre suavidad y eficacia. Si es demasiado gruesa, no seca bien. Si es demasiado fina, se vuelve áspera. El borde dobby ayuda a mantener este equilibrio ideal. Mantiene los bordes planos y resistentes sin añadir demasiado volumen. El resultado: una toalla que se mantiene cómoda, lavado tras lavado.
Según los expertos textiles, esta banda tejida también contribuye a la absorción de agua. Al estabilizar la estructura de la toalla, evita que las fibras se desplacen o se amontonen, preservando así su capacidad de absorción.
Un poco de diseño extra (e inteligente)
En cuanto a la apariencia, este borde añade un elegante toque final . A menudo es lo que le da a la toalla ese toque de “spa de hotel” que tanto nos encanta. Pero su función no termina ahí: también sirve como referencia visual para doblar la toalla correctamente o colgarla recta en el toallero. Ingenioso, ¿verdad?
Un detalle discreto… hasta hoy

No siempre le prestamos atención, pero una vez que conocemos su uso, ya no lo vemos de la misma manera . Este pequeño detalle textil, que creíamos puramente estético, resulta ser una verdadera ventaja para la durabilidad y comodidad de nuestras toallas.
Así que, la próxima vez que salgas de la ducha y tomes tu toalla favorita, piensa en esa famosa frase. No es casualidad. Actúa silenciosamente entre bastidores para que disfrutes de tus momentos de placer día tras día.