Si bien desviar la mirada puede ser una respuesta natural en ciertas situaciones, hay formas de mejorar el contacto visual y, por ende, nuestras habilidades comunicativas:
1. Práctica consciente: Practicar el contacto visual en situaciones cotidianas puede ayudar a construir confianza, comienza en entornos cómodos y ve aumentando gradualmente el nivel de dificultad.
2. Técnica del triángulo: Al hablar con alguien, intenta mover tu mirada entre sus ojos y su boca en un patrón triangular para mantener el contacto visual sin sentirte abrumado.
3. Relajación: Técnicas de relajación y mindfulness pueden ayudar a reducir la ansiedad y permitirte sentirte más cómodo durante las interacciones sociales.
4. Feedback: Pide retroalimentación a amigos o familiares sobre tu estilo de comunicación, esto te ayudará a identificar patrones y áreas de mejora.
Desviar la mirada al hablar es un comportamiento complejo que puede tener múltiples interpretaciones según el contexto y las circunstancias individuales, desde la inseguridad hasta el proceso cognitivo activo, entender este fenómeno a través del lente de la psicología nos permite mejorar nuestras habilidades comunicativas y relaciones interpersonales.
La próxima vez que observes a alguien desviar la mirada, recuerda que podría haber mucho más detrás de ese gesto que simplemente falta de interés, al final del día, todos estamos aprendiendo a comunicarnos mejor, y ser conscientes de nuestras propias reacciones puede ayudarnos a construir conexiones más fuertes con los demás.