Aunque la aparición de venas azules es generalmente benigna, existen ciertas situaciones que aún deben llamar la atención.
Por ejemplo, si las venas de tus manos de repente se agrandan, zigzaguean o forman muchas líneas gruesas, esto podría ser un signo de mala circulación venosa o incluso de venas varicosas.
Aunque las varices en las manos son menos frecuentes que en las piernas, no deben descuidarse. Estos cambios pueden ir acompañados de sensación de tensión, pesadez o dolor difuso. En casos más avanzados, aumenta el riesgo de complicaciones circulatorias: problemas cardíacos, embolias o incluso coágulos sanguíneos.
Si observa este tipo de síntomas, es fundamental consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un seguimiento adecuado.
¿Cómo mantener las venas sanas?
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