1. Precalentar y preparar:
- Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). Cubre un molde para muffins con capacillos de papel o engrásalo ligeramente con mantequilla o
2. Mezclar los ingredientes húmedos:
- En un tazón grande, bata los huevos y el azúcar blanca hasta obtener una mezcla liviana y cremosa.
- Incorpore el azúcar común sin azúcar y el azúcar de vainilla, asegurándose de que todo esté bien mezclado.
- Añade la leche fría, el aceite de girasol y la mantequilla derretida fría al bol. Mezcla bien.
3. Combine los ingredientes secos:
- En un recipiente aparte, tamice juntos la harina común, el polvo para hornear y una pizca de sal.
- Añade la ralladura de limón o naranja a la mezcla de harina, revolviendo rápidamente para distribuir la ralladura de manera uniforme.
4. Combine los ingredientes húmedos y secos:
- Añade poco a poco los ingredientes secos a la mezcla líquida, mezclando suavemente con una espátula o cuchara de madera. Mezcla hasta que se integren; ten cuidado de no mezclar demasiado, ya que esto puede hacer que los muffins queden densos.
5. Rellenar y hornear:
- Hornee durante 18-22 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro de un muffin, este salga limpio. La superficie debe estar dorada y recuperar su forma al presionarla ligeramente.
- Vierta la masa en el molde para muffins preparado, llenando cada uno hasta dos tercios de su capacidad. Esto permite que los muffins crezcan sin desbordarse.
6. Dejar enfriar y servir:
- Una vez horneados, retira los muffins del horno y déjalos enfriar en el molde durante 5 minutos. Pásalos a una rejilla para que se enfríen por completo.
- Disfrute de los muffins tibios o a temperatura ambiente. Son deliciosos solos o con un poco de mantequilla o mermelada.
Consejos de cocina:
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