La urticaria también puede deberse a circunstancias distintas a las alergias. No es raro que las personas la experimenten como resultado del estrés, la ropa ajustada, el ejercicio, enfermedades o infecciones.
También es posible desarrollar urticaria como resultado de la exposición excesiva a temperaturas altas o bajas, o por irritación causada por la sudoración excesiva. Debido a la variedad de desencadenantes potenciales, muchas veces no se puede determinar la causa real de la urticaria.
¿Quién está en riesgo?
Las personas con alergias conocidas son más propensas a desarrollar urticaria. También podrías correr el riesgo de desarrollar urticaria si tomas medicamentos o si te expones sin saberlo a sustancias a las que podrías ser alérgico, como alimentos o polen. Si ya padeces una infección o una afección médica, podrías ser más vulnerable a desarrollar urticaria.
Síntomas
Los síntomas de la urticaria crónica incluyen:
– Grupos de ronchas, llamadas habones, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
– Ronchas que pueden ser rojas, moradas o del color de la piel, según el color de la misma.
– Ronchas que varían de tamaño, cambian de forma y aparecen y desaparecen repetidamente.
– Picazón, también llamada prurito, que puede ser intensa.
– Hinchazón dolorosa, llamada angioedema, alrededor de los ojos, las mejillas o los labios.
– Brotes provocados por el calor, el ejercicio o el estrés.
– Síntomas que persisten durante más de seis semanas y reaparecen con frecuencia y en cualquier momento, a veces durante meses o años.
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