Opte por una dieta más natural
- Favorecer los alimentos crudos y no procesados: frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
- Limite el consumo de carnes rojas y procesadas: prefiera proteínas vegetales, pescado o aves sin procesar.
- Evite los refrescos y las bebidas azucaradas: sustitúyalos por agua, infusiones o zumos caseros.
Adopte un estilo de vida más saludable
- Practica actividad física regular: al menos 30 minutos de caminata o deporte al día.
- Reducir el consumo de tabaco y alcohol, que también aumentan el riesgo de cáncer.
Presta atención a tu digestión: los problemas digestivos frecuentes pueden ser una señal de alerta.
El mensaje clave
Hoy en día es difícil ignorar el vínculo entre la comida basura y el cáncer. No se trata de prohibir estos alimentos por completo, sino de consumirlos con moderación y adoptar una dieta más equilibrada.
Cada pequeño cambio cuenta para proteger tu salud y reducir riesgos.