
No estaba al tanto
Los deterioros cognitivos, a menudo conocidos como “niebla mental”, incluyen dificultades de concentración, memoria y claridad mental. A las personas les puede resultar difícil concentrarse en las tareas, recordar información o procesar los pensamientos eficientemente. Identificar la niebla mental implica ser consciente de estos cambios cognitivos y de cómo afectan la vida diaria. Llevar un diario de estas experiencias puede ser útil al hablar sobre los síntomas con un profesional de la salud.
4. Dolor en el pecho: evaluación de la gravedad y medidas a tomar
El dolor torácico es un síntoma que nunca debe ignorarse, especialmente en el contexto de la COVID persistente. Puede variar desde una leve molestia hasta un dolor intenso, y puede ir acompañado de otros síntomas como dificultad para respirar o palpitaciones. Para evaluar la gravedad del dolor torácico, es necesario registrar su duración, intensidad y cualquier síntoma acompañante. Es fundamental buscar atención médica inmediata si el dolor es intenso o persistente.
5. Dolor articular y muscular: Cómo manejar las molestias
El dolor articular y muscular es una queja común entre quienes padecen COVID persistente. Estos dolores pueden ser generalizados o localizados y su intensidad puede variar. Para controlar las molestias, se recomienda usar analgésicos de venta libre, realizar ejercicios suaves y aplicar terapia de calor o frío. Consultar con un profesional de la salud puede brindarle estrategias adicionales adaptadas a sus necesidades específicas.
6. Trastornos del sueño: cómo mejorar la calidad del sueño
Las personas con COVID persistente suelen reportar trastornos del sueño, como insomnio y alteración de los patrones de sueño. Mejorar la calidad del sueño implica establecer una rutina regular, crear un ambiente confortable y evitar estimulantes antes de acostarse. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) también puede ser beneficiosa para quienes experimentan problemas crónicos de sueño.
7. Pérdida del gusto o del olfato: estrategias de afrontamiento
La pérdida del gusto o del olfato, conocida como anosmia, puede persistir en algunas personas tras recuperarse de la COVID-19. Las estrategias de afrontamiento incluyen probar alimentos con sabores fuertes, usar aceites esenciales para estimular el sentido del olfato y practicar ejercicios de entrenamiento olfativo. Si bien la recuperación puede ser lenta, estas estrategias pueden ayudar a mejorar los sentidos con el tiempo.
8. Palpitaciones del corazón: Monitoreo de la salud cardíaca
Las palpitaciones, o la sensación de un corazón acelerado o palpitante, pueden ser inquietantes. Monitorear la salud cardíaca implica registrar cuándo se producen las palpitaciones, su frecuencia y cualquier síntoma asociado. Es importante hablar sobre estas experiencias con un profesional de la salud para descartar afecciones cardíacas subyacentes y recibir la orientación adecuada.
9. Depresión y ansiedad: apoyo a la salud mental