Algunas ETS, como la tricomoniasis, pueden provocar un olor fuerte y desagradable acompañado de flujo verde o amarillo.
Precaución: No tratar estos signos puede empeorar la situación y poner en peligro la salud sexual y reproductiva.
4. Fluctuaciones hormonales y sudoración.
Las fluctuaciones hormonales durante la menstruación, el embarazo o la menopausia pueden alterar el pH vaginal. Además, la sudoración excesiva y la ropa ajustada pueden agravar los problemas de olor.
Riesgo: Aunque no estén relacionados con una infección, estos factores pueden reducir la confianza en uno mismo y provocar malestar diario.
Cómo prevenirlo
1. Practique una buena higiene
Limpie la zona íntima con agua limpia o un jabón suave sin perfume; nunca utilice productos perfumados.
Evite las duchas vaginales, ya que eliminan las bacterias beneficiosas que protegen naturalmente contra las infecciones.
2. Elige ropa interior transpirable
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