Queso mozzarella casero

Vierte la leche entera en una olla grande y caliéntala a fuego medio. Revuelve de vez en cuando para evitar que la leche se queme.
Calienta la leche a aproximadamente 190 °F (88 °C). Notarás que comienzan a formarse pequeñas burbujas alrededor de los bordes. Ten cuidado de no dejar que la leche hierva.
Una vez que la leche alcance la temperatura deseada, retira la olla del fuego y agrega lentamente el vinagre (o jugo de limón). Esto ayudará a que la leche se cuaje.
Deja reposar la leche durante 5 a 10 minutos para permitir que se forme la cuajada. Deberías ver cómo la cuajada se separa del suero.
Usa una espumadera para sacar con cuidado la cuajada y colocarla en un colador forrado con una estopilla. Deja que la cuajada se escurra durante unos minutos.
Una vez escurrida, espolvorea la sal sobre la cuajada y amásala suavemente para formar una masa suave y elástica.
Ahora, calienta suavemente la cuajada en el microondas durante 20 a 30 segundos a la vez, amasando y estirando después de cada ronda de calentamiento hasta que el queso se vuelva suave y elástico.
Cuando la mozzarella alcance la textura deseada, dale forma de bola o tronco. Si quieres que quede extra suave, sumérgela en agua helada durante unos minutos.
Guarda tu mozzarella casera en un recipiente lleno de un poco de suero o agua con sal para mantenerla fresca.
¡Disfruta de tu mozzarella casera en pizzas, sándwiches o como un delicioso refrigerio! 🧀✨

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