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Masajes con aceites naturales: Aplicar aceite de oliva, coco o rosa mosqueta con movimientos circulares estimula la circulación y mejora la elasticidad.
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Ejercicios de tonificación: Rutinas que involucren músculos del área afectada ayudan a tensar la piel de forma gradual.
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Exfoliación regular: Retirar células muertas favorece la regeneración y la firmeza cutánea.
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Alimentación rica en colágeno y antioxidantes: Consumir frutas, verduras, frutos secos y proteínas magras fortalece la piel desde el interior.
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Hidratación constante: Beber suficiente agua y usar cremas humectantes mantiene la piel flexible y saludable.
Consejos adicionales
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