Nuestros platos son a menudo demasiado ricos en alimentos procesados, azúcares, grasas saturadas… Mientras que nuestra actividad física disminuye , la obesidad, la diabetes o la inflamación crónica se instalan, favoreciendo ciertos tipos de cáncer. El tabaco, el alcohol y la falta de sueño también juegan un papel importante.
El medio ambiente, desde pequeños
Contaminación, pesticidas, plásticos, disruptores endocrinos… La exposición temprana a ciertos factores ambientales podría crear un “ambiente favorable” desde una edad muy temprana. Y cuanto más prolongada sea la exposición, más aumentará el riesgo con el tiempo.
La microbiota, un nuevo actor clave
Probablemente hayas oído hablar de este ecosistema del intestino delgado que influye en nuestra salud. Bueno, ahora se sospecha que tiene un vínculo directo con ciertos tipos de cáncer, especialmente los digestivos. Una dieta baja en fibra o el uso excesivo de antibióticos podrían desequilibrarla y debilitar el organismo.
Evaluaciones más efectivas
La buena noticia de todo esto es que algunos tipos de cáncer simplemente se están detectando mejor que antes. Pero eso no lo explica todo, sobre todo cuando observamos casos avanzados en adultos jóvenes sin factores de riesgo aparentes.
¿Y qué pasa con las vacunas contra la COVID?
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