Aunque no existe una cura definitiva, algunos hábitos pueden ayudar a mantener la mente activa y a retrasar el deterioro cognitivo.
Consejos y recomendaciones:
Estimular la mente: Juegos como el ajedrez, rompecabezas o crucigramas son excelentes para ejercitar la memoria y el pensamiento lógico.
Leer a diario: La lectura estimula la concentración y ayuda a mantener el lenguaje activo.
Mantener una vida social activa: Conversar, participar en grupos de interés o simplemente compartir tiempo con otros es esencial para la salud mental.
Cuidar la alimentación: Seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, pescado, aceite de oliva y frutos secos (como la dieta mediterránea) favorece el funcionamiento cerebral.
Hacer ejercicio físico regularmente: Caminar, nadar o practicar yoga no solo mejora la circulación, sino que también influye positivamente en la función cerebral.
Dormir bien: El descanso adecuado es fundamental para la memoria y la claridad mental.
Controlar enfermedades crónicas: La hipertensión, diabetes y el colesterol elevado pueden aumentar el riesgo de deterioro cognitivo si no se controlan correctamente.
Estar atentos a los primeros síntomas del Alzheimer puede ayudar a intervenir de manera temprana. Con acompañamiento médico, estimulación mental y un entorno afectivo y activo, es posible mejorar el bienestar y prolongar la autonomía del paciente.