Las flores de albahaca contienen semillas diminutas, perfectas para crear nuevas plántulas.
- Deja secar algunas mazorcas de maíz directamente en la planta.
- Una vez secas, frótalas suavemente entre los dedos para liberar las semillas.
- Siémbralas en una mezcla de tierra para macetas y arena, y luego riégalas ligeramente.
Unos días después, aparecerán los brotes jóvenes: la promesa de una nueva generación de albahaca cultivada en casa.
Perfuma tu hogar de forma natural.
El aroma de la albahaca seca es a la vez fresco y relajante.
Mete unas flores en una bolsita de tela y colócala en tus armarios, cajones o en tu coche.
El resultado: un ambientador natural que elimina los malos olores a la vez que difunde una delicada nota botánica.
Mejora tus platos e infusiones
¡Las flores de albahaca también son comestibles!
Espolvoréalo sobre tus ensaladas, platos de pasta o tortillas para darles un toque dulce y floral.
También combinan muy bien en una infusión relajante, ya sea solas o con menta y ralladura de limón.
En resumen: en la albahaca no se desperdicia nada.
Cada parte de esta planta es valiosa, desde la hoja hasta la flor. Al conservar las espigas florales, reduces el desperdicio, das sabor a tus platos, creas tus propios plantones y elaboras productos caseros naturales.
Así que, la próxima vez que florezca tu albahaca, recuerda: la naturaleza no hace nada por casualidad; incluso sus flores tienen un papel que desempeñar.