Psicológicamente, levantar los brazos podría ser un gesto inconsciente de liberación . Como si la persona, en un impulso de aceptación, se entregara a ese pasaje, sin miedo.
Para los seres queridos, este momento a menudo se convierte en un alivio:
Ese gesto me tranquilizó. Sentí que lo esperaban, que se iba en paz.
Gestos que dicen lo esencial… sin palabras
Los cuidadores que acompañan estos momentos hablan de una atmósfera única : un silencio apacible, una mirada clara, a veces una última sonrisa.
Estos gestos, por discretos que sean, quedan grabados en la memoria de las familias. Ofrecen, en medio del dolor, una forma de consuelo profundo.
¿Y si este gesto no fuera sólo un reflejo, sino una manera del alma de decir adiós… suavemente?