La trombosis: comprendiendo sus síntomas

Hablar de trombosis puede sonar fuerte o incluso lejano, como algo que le pasa a “otros”. Sin embargo, entender qué es y cómo se manifiesta es vital, porque estamos hablando de una condición que puede poner en riesgo la vida si no se detecta a tiempo. La trombosis se produce cuando un coágulo de sangre bloquea una vena o una arteria, impidiendo que la circulación fluya como debería. Y aunque pueda parecer un tema médico complejo, la realidad es que tu propio cuerpo suele dar señales claras de que algo no anda bien.

Lo interesante es que estos síntomas pueden confundirse con molestias cotidianas: un dolor en la pierna después de caminar mucho, un tobillo hinchado que parece solo cansancio, o una falta de aire que se atribuye al estrés. Pero detrás de esos signos puede esconderse un coágulo que requiere atención inmediata.

📌 IMPORTANTE: El video relacionado a esta historia lo encontrarás al final del artículo.

¿Cómo reconocer los síntomas de una trombosis venosa?
La forma más común de trombosis es la venosa profunda, que suele aparecer en las piernas. Uno de los primeros síntomas es la hinchazón en una sola extremidad. No es ese tipo de inflamación que desaparece rápido, sino una que se mantiene y puede ir acompañada de dolor al tacto o sensación de calor. A veces la piel se enrojece o se pone más brillante en la zona afectada. Si una pierna se ve claramente distinta a la otra, es una señal para no ignorar.

El dolor también es característico, aunque no siempre aparece en reposo. Muchas personas lo describen como una molestia sorda o una presión que empeora al caminar o estar mucho tiempo de pie. Lo delicado es que, en algunos casos, la trombosis puede desarrollarse casi sin dolor evidente, lo que hace aún más importante estar atentos a los demás signos.

Cuando la trombosis afecta los pulmones

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