Imagínate esto: Son las 3:00 a. m. Abres los ojos, la habitación está en silencio, pero tu cuerpo permanece paralizado. Intentas moverte, llamar a alguien, pero nada. Es como si estuvieras atrapado dentro de tu propio cuerpo mientras duermes. Si esta situación te suena familiar, quédate tranquilo: no estás solo y, sobre todo, no corres peligro. Lo que estás experimentando tiene un nombre extraño, pero científico: parálisis del sueño.
¿Qué está sucediendo realmente en tu cuerpo?
Todo comienza durante una fase muy específica del sueño: el sueño REM . Es cuando nuestros sueños se vuelven más intensos. Para protegernos, el cerebro descansa temporalmente nuestros músculos para evitar que imitemos nuestras aventuras oníricas. Este mecanismo es natural y esencial.
¿El problema? A veces, esta protección permanece activa incluso después de que nuestra mente despierta. El resultado: recuperamos la consciencia, pero nuestro cuerpo sigue dormido. De ahí la inquietante sensación de estar consciente pero bloqueado , con una incapacidad temporal para movernos o hablar.
¿Por qué nos pasa esto?
Algunas personas son más propensas a sufrir parálisis del sueño que otras, especialmente quienes duermen mal, sufren mucho estrés o tienen patrones de sueño alterados, como quienes trabajan en turnos de noche o tienen períodos de exámenes intensos. De hecho, un estudio universitario demostró que los estudiantes experimentan más episodios de parálisis del sueño durante los exámenes parciales que durante las vacaciones. ¿Coincidencia? En realidad, no.
Las causas más comunes incluyen:
- Sueño irregular o insuficiente
- Estrés prolongado
- Consumo excesivo de café o té
- Uso de pantallas antes de acostarse
- Dormir boca arriba
- Trastornos del sueño como la apnea
Cuando las sombras toman forma
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