4. Dependencia de la validación externa
Los niños que reciben ánimo y refuerzo positivo aprenden a reconocer su propio valor interior. Pero aquellos que nunca reciben tal validación a menudo crecen dependiendo de la aprobación de los demás para sentirse “suficientemente buenos”. Su autoestima se vincula a cómo los perciben los demás, en lugar de cómo se ven a sí mismos.
5. Problemas de confianza
Los problemas de confianza son comunes en aquellos que carecieron de apoyo emocional durante la infancia. La persona aprendió desde temprana edad que otras personas pueden ser poco fiables o crueles. Pueden tener dificultades para formar relaciones cercanas porque son demasiado reservados y desconfían de los motivos de los demás. La distancia es una forma de protegerse del daño.
6. Pueden ser perfeccionistas
El perfeccionismo suele surgir como una forma poco saludable de lidiar con profundos sentimientos de insuficiencia. Una persona puede desarrollar un impulso inconsciente por ser impecable, creyendo que al alcanzar la perfección, finalmente podrá obtener el amor y la aprobación que le faltaron en la infancia. Desafortunadamente, la perfección es imposible de alcanzar, lo que los deja atrapados en un ciclo constante de autocrítica y sin sentirse nunca realmente valiosos.
7. Pueden ser personas complacientes
Las personas complacientes priorizan las necesidades de los demás sobre las suyas para obtener aprobación o evitar conflictos. Estas personas a menudo reprimen sus propios deseos y límites para hacer felices a los demás. Al hacerlo, repiten comportamientos que aprendieron de niños, en los que anhelaban que sus cuidadores les dijeran cosas bonitas o temían las consecuencias si no obedecían.
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