
No necesitas ser un experto para controlar tu salud testicular. Los autoexámenes son sencillos, rápidos y muy efectivos. Lo ideal es realizarlos después de una ducha tibia, cuando tu piel esté más relajada.
Aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Sujete suavemente cada testículo entre el pulgar y los dedos.
- Enróllalo con cuidado, buscando grumos, nódulos o un cambio en la textura.
- Compárese con el mes anterior. Si observa algo inusual, solicite una cita con un profesional de la salud .
Un pequeño gesto mensual para una tranquilidad duradera.
Factores de riesgo que debes conocer (y tener en cuenta)
Ciertas situaciones pueden aumentar el riesgo:
- Historia familiar
- Testículos no descendidos al nacer
- Lesiones testiculares o cirugías pasadas
- Infecciones como las paperas contraídas en la edad adulta
No hay necesidad de preocuparse demasiado , pero vale la pena tener cuidado si estás preocupado.
Prevención: una dieta protectora, de forma natural
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