Una cena copiosa, una velada entre amigos, unas copas… y al día siguiente, un dolor agudo te sorprende en el dedo gordo del pie o en la rodilla. ¿Y si no fuese sólo un movimiento en falso? Detrás de estos dolores se esconde a veces un exceso de ácido úrico, responsable de la gota. Una enfermedad antigua, pero que sigue teniendo relevancia hoy en día, y en la que la dieta juega un papel fundamental.
Gota y ácido úrico: una relación aún poco comprendida
La gota es una forma de artritis inflamatoria causada por una acumulación de ácido úrico en la sangre . Este ácido proviene de la descomposición de las purinas – sustancias presentes de forma natural en muchos alimentos – y puede cristalizar en las articulaciones, provocando enrojecimiento, hinchazón, dolor intenso… a veces incapacitante.
Pero ¿por qué este desequilibrio? El cuerpo, desbordado, ya no elimina correctamente el ácido úrico , muchas veces debido a una alimentación demasiado rica , pero también a ciertas patologías como la hipertensión, la obesidad o problemas renales .
Alimentos que se deben evitar para prevenir los ataques de gota
Carnes rojas y vísceras: demasiado ricas en purinas
La carne de res, de cordero, los riñones y el hígado se encuentran entre los alimentos con mayor concentración de purinas . Consumirlo frecuentemente puede sobrecargar el organismo. Piense en las purinas como brasas latentes: pueden reavivar el fuego de la gota en cualquier momento.
Mariscos: se recomienda disfrutarlos moderadamente
El cangrejo, los camarones, los mejillones, el atún o las sardinas también deben consumirse con moderación , a pesar de sus beneficios nutricionales. Siguen siendo fuentes importantes de purinas y pueden agravar los ataques en personas sensibles.
El alcohol: un falso aliado con efectos insidiosos
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