¡Masticar un clavo de olor también significa decir adiós al mal aliento! Al matar las bacterias responsables de los olores desagradables, refresca el aliento de forma duradera y protege las encías. No es necesario recurrir a las pastillas de mentol: el efecto es inmediato y duradero.
Y eso no es todo: masticar dos dientes todos los días después de los 50 años también puede calmar la inflamación en la boca, aliviar el dolor de muelas leve y mejorar la salud bucal en general. Una solución natural, fácil de adoptar y extremadamente efectiva.
Articulaciones más flexibles y menos dolorosas
Si experimenta rigidez o dolor relacionado con la osteoartritis o el reumatismo, tenga en cuenta que el eugenol actúa como un antiinflamatorio suave. Es como engrasar suavemente los engranajes de un mecanismo ligeramente agarrotado… con una especia natural.
Digestión ligera, estómago calmado.
Hinchazón, reflujo ácido, digestión lenta… el clavo estimula los jugos digestivos, reduce los gases y promueve una digestión armoniosa. Un valioso refuerzo para poner en funcionamiento de nuevo un sistema digestivo lento.
Corazón y presión arterial: un efecto protector
Al mejorar la circulación sanguínea y regular la presión arterial, el clavo actúa para prevenir los trastornos cardiovasculares. También ayuda a reducir el colesterol malo. Un apoyo discreto pero valioso para mantener tu corazón en forma.
Memoria y cerebro: una especia que te quiere bien
Gracias a su riqueza en antioxidantes, el clavo protege las células cerebrales del estrés oxidativo. Favorece la memoria y previene el deterioro cognitivo. Es casi como limpiar los rincones polvorientos de tu mente.
¿Qué pasa con el hígado, los riñones y la respiración?
El clavo ayuda a desintoxicar el hígado, mejora la función renal y actúa como un expectorante natural para aliviar la tos y la congestión. Un activo natural para respirar más libremente y depurar el organismo.
¿Cómo puedes integrar este hábito fácilmente?
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