1. La naturaleza del hábito
Morderse las uñas es una conducta repetitiva que muchas veces se realiza de manera inconsciente y por lo tanto hay que tener presente esto. Generalmente, comienza en la infancia y puede continuar hasta la edad adulta.
Según estudios, alrededor del 20-30% de la población adulta se muerde las uñas, y esta cifra es aún mayor en adolescentes. La pregunta clave es: ¿por qué desarrollamos este hábito?
2. Las raíces psicológicas
– Ansiedad y estrés
Uno de los principales factores que contribuyen a morderse las uñas es la ansiedad, cuando una persona se siente estresada o ansiosa, morderse las uñas puede proporcionar una sensación momentánea de alivio o distracción. Este comportamiento actúa como una forma de auto-calmarse, similar a cómo algunas personas fuman o comen en exceso bajo estrés.
– Perfeccionismo
El perfeccionismo también juega un papel importante. Algunas personas se muerden las uñas porque sienten que estas no están « perfectas ». Este impulso de corregir cualquier irregularidad puede llevar a un ciclo constante donde las uñas nunca parecen lo suficientemente bien.
– Aburrimiento
El aburrimiento es otro detonante común. Para muchas personas, morderse las uñas es una actividad que mantiene sus manos ocupadas cuando no tienen nada más que hacer. Es un comportamiento automático que ocurre sin mucho pensamiento consciente.
3. Impacto emocional y social